Page 67 - MONOGRAFIA 2023
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por algún cargo político. No resulta fácil conocer los motivos por los cuales los indios
se afiliaron al movimiento de insurgencia, los testimonios directos con los que se
cuenta parecen parciales, ya que proceden de las declaraciones durante los
procesos y es complicado saber hasta qué punto las causas que expusieron en su
defensa fueron las verdaderas. Por ejemplo, argüían que habían estado borrachos
en el momento de alistarse ya que el abuso del alcohol fue una práctica común entre
ellos, y bajo su efecto con frecuencia surgían riñas que devenían en conflictos
mayores, resulta probable que en ocasiones realmente haya sido la causa o cuando
menos haya influido en ella. Tampoco el reclutamiento forzoso o mediante engaños,
que aparece una y otra vez en las declaraciones como justificación por haberse
afiliado a la causa, parece una mera excusa, según estos testimonios, los
campesinos reclutados vivían en condiciones de prisioneros de los insurgentes y
sólo lograban liberarse si se escapaban o eran capturados por los realistas, es
probable que el alcalde del pueblo haya obligado a sus súbditos a participar en la
insurgencia. Un poderoso móvil que impulsó a muchos indígenas a afiliarse al
movimiento fue el odio que tenían a los españoles y su deseo de venganza, algunos
se sumaron a la lucha para saquear propiedades de los realistas. Pero, al margen
de estas motivaciones personales existían numerosos problemas sociales y
económicos tanto externos como internos que impulsaron a los indios a la lucha, en
muchos casos se trataba de viejos conflictos que habían creado un clima de
inseguridad y rivalidad y en los que ya había antecedentes de brotes violentos, entre
los problemas externos a las comunidades ocupaban un lugar preponderante los
relacionados con la tierra y el agua. Estos últimos se gestaron en el siglo XVI
cuando, ante el derrumbe de la población indígena, que según estimaciones de
Woodrow Borah (1979) implicó un descenso de alrededor de 10 millones de
habitantes a uno y medio millones, las comunidades perdieron sus tierras y aguas
por despojos, ventas o reubicaciones de sus pueblos o porque no tuvieron hombres
para trabajarlas, las tierras cayeron en manos de españoles labradores y
estancieros y fueron el origen de las haciendas que surgieron a partir del siglo XVII.
Al recuperarse la población indígena hacia mediados del XVII, las nuevas
generaciones carecieron de tierras y aguas, por lo que tuvieron que emplearse en
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