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estudiar a los protagonistas de segunda importancia, así como a las masas que
sostuvieron al movimiento insurgente durante el tiempo que mediaron entre el
estallido de la rebelión, en septiembre de 1810, y la consumación de la
independencia, en septiembre de 1821. Miguel León-Portilla ha contribuido al
estudio de la situación de los indígenas durante el movimiento de independencia
con sus trabajos aparecidos recientemente.
Gracias a estos estudios
se sabe que las filas de
los insurgentes
estuvieron integradas
mayoritariamente por
campesinos y que los
grupos marginales de
las urbes se
mantuvieron alejados
Imagen 39 La Independencia foto/hccj.hypotheses.org
del movimiento como es
el caso de la jurisdicción de La Huerta por ser un territorio que dependía de Villa de
Purificación y Tomatlán al no estar conformado como municipio. Asimismo, se
confirma que no fueron principalmente mestizos y criollos quienes las conformaron,
como había sostenido la historiografía tradicional, sino que la participación de indios
fue muy elevada, para Eric Van Young (1998) de un 50 a 60%. Esto no es de
sorprenderse, ya que este porcentaje es equiparable a la proporción de indios en el
conjunto de la población: se estima que en 1814 el virreinato novohispano tenía una
población de 6 122 000 habitantes, de los cuales los indios constituían el 60%; las
castas el 22% y los blancos el 18%.4. Antes de entrar en materia quisiera subrayar
que los insurgentes no dejaron registros sobre la composición de sus tropas y, por
lo tanto, carezco de datos precisos al respecto. La mayoría de las fuentes
disponibles son procesos judiciales contra insurgentes que cayeron en manos
realistas. Si bien de éstos hay muchos, la información que arrojan está sesgada y
no siempre es fidedigna, aunque permite sacar algunas conclusiones. También
resulta importante tomar en cuenta los prejuicios que la mayoría de los blancos tenía
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