Page 72 - MONOGRAFIA 2023
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La cristiada

                  La Constitución de 1917 retomó las ideas anticlericales de los liberales del siglo XIX.
                  En 1926 se reglamentó el artículo 130 y se restringió la actuación de los católicos

                  en la vida pública. Los obispos, con el respaldo del papa, expresaron su desacuerdo
                  con la Ley Calles La Guerra Cristera en Jalisco tiene como antecedente el 14 de

                  junio de 1926 cuando es aprobada la  “Ley Calles”, en donde es desarrollado el
                  artículo 130 de la Constitución. Como consecuencia se decreta la suspensión de

                  culto católico el 31 de julio del mismo año, lo que trae como consecuencia choques

                  entre católicos y representantes del gobierno que llevan a que el primero de enero
                  de 1927 se dé el levantamiento armado, donde  miles de campesinos y hombres

                  sencillos encabezados por lideres religiosos forman lo que se llamó “La Cristiada”.
                  En  1927  las  circunstancias  regionales  de  la  costa  sur  de  jalisco  eran  poco

                  halagadoras para los amantes de la paz. Por entonces los conflictos que venían
                  sosteniendo “Los altos dignatarios de la iglesia católica en México” contra la “Ley

                  Calles”  cobraban  serias  malquerencias  entre  los  fieles  católicos  de  la  región,

                  coordinados por la Unión Popular y los agraristas o simpatizantes del general Calles.
                  Los anticlericales sobre todo los agraristas defensores del supremo gobierno en

                  cambio de un pedazo de tierra que les significaba una parte de la nación, además

                  de las dificultades para obtener víveres de las tiendas de los ricos que apoyaban las
                  listas negras no tenían reposo para defenderse de sus enemigos y para vigilar y

                  denunciar ante las fuerzas federales que constantemente venían transitando por la
                  región  la  propaganda  subversiva  impresa,  las  escuelas  católicas  y  centros

                  catequísticos fundados por los “fanáticos” y las constantes procesiones efectuadas
                  por los seguidores de los “hombres de sotana” los devotos cristianos lamentaban

                  las  leyes  injustas,  tiránicas  y  persecutorias  su  molestia  contra  los  del  mando

                  gobiernista los encaminaba a una actitud miliciana y en efecto el 11 de enero de
                  1927 en la loma denominada cruz verde de Tecolotlán la tempestad del movimiento

                  armado habría de dar principio ya que fue precisamente en ese lugar y fecha cuando
                  un grupo de cristeros de la confederación de los pueblos de la región del sur unidos

                  a un batallón llegado de Cocula al mando del general Luis Ibarra recibieron del padre






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