Page 18 - MONOGRAFIA 2023
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adoración se dá en un lenguaje simbólico porque expresa una realidad percibida

                  intuitivamente, una vivencia esencialmente emocional y valorativa del mundo, que
                  sólo  se  puede  comunicar  a  través  de  expresiones  simbólicas”.  Tomado  de  El

                  universo temporal en el pensamiento indigena (Garza M, 1989 pp 34-35)


















                              Imagen 10 Mediateca INAH Culto al sol en el México antiguo, Códice florentino
                  Lo  que  concierne  a  las  ceremonias  religiosas  La  Visitación  de  1525  contiene

                  algunos datos que probablemente se relacionen en forma indirecta con los indios
                  de la costa de Jalisco. Se entiende que la zona referida fue la de El Tuito y sus

                  pueblos vecinos en el noroeste de la costa de Jalisco, actualmente Ayutla, Cabo
                  Corrientes,  La  Huerta, Atenguillo,  Cuautla,  Villa  Purificación  y  Talpa  de Allende.

                  “Lorenzo partió a la provincia de los frailes, conocida en la época como El Tuito o

                  Tomatlán Según fray Lorenzo, los indios veneraban muchos ídolos, pero el sol era
                  el júpiter o dios de los dioses. En su templo pasó el bendito Padre, y a la novedad

                  fueron llegando innumerables indios, y cada uno le fue saludando a su usanza, que
                  era  inclinar  la  cabeza,  decir  ciertas  palabras  distinto  modo  de  los  del  Valle  de

                  Banderas: que no hablaban, sino que alzaban un dedo para arriba, e inclinaban la
                  cabeza: y de el de los Coronados, que alargaban la mano, y se la besaban ellos

                  mismos. Vista por el varón de Dios tanta muchedumbre de gente junta, paróse en

                  un lugar alto, donde pudiera ser oído y visto de todos, y les dio a entender como
                  otro San Pablo, que él no buscaba oro, plata, ni cosa alguna de las que ellos tenían,

                  sino sólo sus almas, que las tenía el demonio tiranizadas, vendiéndoseles por su

                  dios, no habiendo más que un Dios verdadero, por quien todo tiene ser, y a quien


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