Page 144 - MONOGRAFIA 2023
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son una variedad de langostino que se produce en las aguas de los arroyos y ríos
de la región, los cuales son capturados por los lugareños mediante trampas o
“chacaleras” elaboradas con carrizo u otate que se da en la región o por medio de
“guarucas”, pequeñas circunferencias que se fabrican de varas de madera
trenzadas con lianas y que son introducidas a las aguas de los arroyos y ríos con
trozos de pulpa de coco en donde se capturan los “chacales” (langostinos) que
alcanzan precios altos en temporada de cuaresma; este platillo se prepara de
diversas formas, desde el simple caldo de chacal, hasta preparados a la diabla o al
mojo de ajo, platillo que le ha dado tradición a La Huerta regional y estatalmente
hablando, por lo que puede considerarse como su platillo tradicional. Los dulces o
cocadas a base de leche y coco rallado, encurtidos de calabaza, cáscara de sandía
y melón, papayo de los que tenían fama los que producían para el deleite de los
lugareños Macario Santana González que al mismo tiempo producía pan y fruta de
horno, llamados así los panes de sin igual sabor. De igual tradición era la nieve que
fabricaba Luis Santana González quién la comerciaba en su carrito y era tradición
escuchar sus pregones que decía ¡de leche la nieve! A cuyo paso salían los niños y
compraban su golosina, que era de muy buen sabor y apreciada por la población.
Las bebidas tradicionales aguas frescas a base de frutas naturales, como antaño
se hacían a base de chía, ciruela, limón, mango, tamarindo, nance y en general de
cualquier fruta de la temporada, adicionándole azúcar, agua y hielo, así como el ya
tradicional tejuino que es elaborado a partir de la masa de maíz con piloncillo y jugo
de limón, así como la deliciosa bebida de cañamiel elaborada por Vicente Guerrero.
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